domingo, 15 de enero de 2012

Su sardina, gracias.

Marga y Rubén Ríos son dos hermanos vascos que abrieron una pescadería hace unos 10 años en Mungía, una localidad interior en Bizkaia a unos 20 km de Bilbao. Como tantos empresarios acuciados por la crisis, estos dos hermanos se las han ingeniado para aumentar su volumen de venta, y pensando en tanta gente como hay que por su horario laboral tiene dificultades para acudir a comercios como el suyo, han puesto en marcha una nueva forma de ofrecer pescado fresco. En una máquina expendedora.

Como leéis. Han instalado en el exterior de la pescadería una máquina en la que se puede comprar el pescado fresco durante las 24 horas del día, incluso marisco el fin de semana. La sorpresa, evidentemente, ha sido la tónica general entre la población, que se ha atrevido, en contra de lo que pudiéramos pensar, a utilizar la máquina ya en más de una ocasión.  
La máquina es similar a las que ofrecen bebidas o sándwiches preparados, la única diferencia es que en sus canales, en lugar de batidos podemos ver sardinas, anchoas, salmón, merluza y demás variantes marinas, en filetes limpios y envasados al vacío en bandejas, con el mismo precio que en el mostrador de la pescadería. Según contaron Marga y Rubén, cada mañana compran el género en Mercabilbao, lo envasan ellos mismos y reponen la máquina para que la gente que sale tarde del trabajo pueda comprar su pescado fresco del día. También ofrecen, junto al producto fresco, algunos platos elaborados, como chipirones en su tinta o bacalao al pil pil, y los fines de semana ofrecen automáticamente algunas viandas especiales, como percebes, gambas y langostinos, nécoras, etc.

La siguiente idea que tienen es ofrecer cebo fresco, para los madrugadores pescadores que pasen por allí. Lo que no se les ocurra a estos mozos…
Hasta donde se sabe, no hay en toda España otra iniciativa parecida, lo más cercano que se puede encontrar está, cómo no, en Japón.
De momento, sólo queda felicitarles aunque sea por la inventiva y el arrojo, a partir de ahí el tema ya depende de la confianza que le pueda dar el producto al consumidor, aunque, pensando en lo que nos “meterán” en mil supermercados cada día…

¿Y tú qué? ¿Comprarías pescado de máquina?

No hay comentarios:

Publicar un comentario