miércoles, 11 de enero de 2012

La democracia y los tontos.


 Hace relativamente poco, un grupo de científicos (estadounidenses, como no, que tienen más tiempo y dinero para estas cosas) hizo un curioso estudio con un gran banco de peces. Los estudiaban para averiguar patrones de comportamiento, y aclarar así el porqué de sus movimientos, de su sincronización, de sus decisiones de rumbo y desviaciones, por ejemplo.

Analizando y observando, he aquí que a un estudioso científico de la Universidad de Princeton se le ocurrió observar que, cuando un grupo minoritario toma una decisión firme y quiere imponer su decisión, los miembros más ignorantes del grupo se suman a la mayoría, haciendo que la decisión tan firme de la anterior mencionada minoría se eche a perder.

 Y el científico en cuestión elucubró como título para su artículo en la prestigiosa revista Science la siguiente sentencia:

 “Los individuos sin formación promueven el consenso en grupos animales”.  

O lo que es lo mismo, según expone en el artículo: Que la ignorancia puede favorecer a la democracia.

Lo que más duro golpea es que a estas alturas tenga que venir un científico a decirnos algo que ya sabíamos de sobra. Que la democracia existe gracias a los tontos. 

Tantos tontos como nosotros mismos, que, como vivimos constantemente llenándonos la boca y el espíritu de la socorrida palabreja, olvidándonos el auténtico sentido que los griegos tan bien le otorgaron (poder para el pueblo) y orgullosísimos de vivir en, con y para ella, seguimos dejando pasar un día tras otro sin salir a la calle a patalear con un par por lo que de verdad merecería la pena patalear.

Aquí se presentan unos u otros, de un color o del otro, de una acera o de la de enfrente, nos dicen lo que va a hacer si les votamos, nos prometen que viviremos mejor que con el vecino, y nosotros les creemos (o no, porque en el fondo nos da lo mismo). En eso se basa la democracia. A partir de ahí, seguiremos pagando impuestos, ivas, ibis y uvis. 
Y ellos seguirán llenándose el bolsillo (el suyo y el del chófer) mientras el resto de la piscifactoría …perdón, de la humanidad, seguimos agachando la cabeza y hundiéndonos en la rutina del que se sabe perdedor. 

Democráticamente perdedor, eso sí, conste en acta.

Mientras este año habrá que juntar, según nos dicen, 40.000 millones de eurillos, por ahí perdidos andarán los entre 50 y 100 millones del caso Camps, los 10 millones del Yernísimo, los aproximadamente 60 millones del caso Brugal, los 500000 euros que un tío le da a otro en una gasolinera, las visas oro con crédito soportado por el dinero de todos que se usan para pagar en diversos restaurantes y puticlubs, etc, etc, etc.

Pero claro, es que esto es lo que tiene la democracia. Que unos se lo montan, lo manejan y lo gastan, y detrás, según los científicos americanos, van un buen puñado de pececitos tontos que les apoyan. Y es que al final los creacionistas deberán darse por vencidos, ya que todo tiene su explicación científica. Hasta nuestra democracia.

Lo más pobre del asunto es que el curioso estudio fue realizado con bancos de peces de la especie Notemigonus Crysoleucas, esto es: sardinilla de quilla.

Ni a BESUGOS llegamos.



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