sábado, 31 de diciembre de 2011

Bendita amistad

 Por fin he “aterrizado” en Barcelona. Digo por fin porque he conseguido llegar sobre las 7 de la tarde, después de salir del Valle de Arán a las 11 de la mañana.
 Ocho horas para un trayecto de tres. No está mal. Claro que la clave del asunto es la paradita en Santa Perpétua para ver a viejos amigos antes de llegar. Y claro, la paradita se convierte en “paradaza” por estar con esos amigos.

Amigos con mayúsculas, de los que están ahí por tiempo que pase. De esos que no necesitas llamar a diario, ni escribir un mensaje sin ningún sentido, ni mantener porque se mantienen solos. Amigos de los escasos, de los caros. Aquellos que después de semanas o meses sin saber de ti, te reciben de nuevo simplemente con un fuerte abrazo, la mejor de sus sonrisas y la naturalidad del que te ve cada día. Esa amistad verdadera que seguro todos tenemos, más especial q ninguna otra, la que según el dicho no camina ni delante ni detrás de ti, sino a tu lado.

Eso me hace pensar en lo gratuitamente que se usa hoy en día la palabra amistad, devaluándola aunque lo hagamos sin la más mínima maldad en ello. Y no digo que no me guste, ni que esté en contra de usarla, ni mucho menos. Es más, yo también he entrado en el círculo vicioso de llamar amigo en seguida a alguien que me cae bien. Pero eso no impide que a veces piense en ello, en el uso de esa palabra con tan pocos miramientos hacia ella y hacia su significado, hacia lo que representa la amistad.

Según su etimología, no falta de exactitud, la palabra amistad deriva, según se cree, del latín amicus (amigo), que a su vez proviene derivada de amore (amar). Esta es una versión (a la que no le encuentro la línea a seguir, sinceramente), otra asegura que amigo es un vocablo griego compuesto por a (sin), mi, y ego (yo), así que amigo significaría algo así como “ sin mi yo”. A saber....

 En todo caso, como bien dice el refrán:

Un buen amigo es aquel para el cual no tenemos secretos y que, a pesar de eso, nos aprecia por encima de ellos.

Un brindis por la verdadera amistad.

jueves, 29 de diciembre de 2011

Nivaria, el descubrimiento.


“Mara, el destino tiene muchos nombres pero al final es lo que marca nuestras vidas guiándonos de modo sobrenatural, ineludible e inevitable por ella. Es un niño grande empecinado en no crecer o madurar que juega con nosotros como pequeñas figurillas de un gran desplegable en el que mientras unos ríen otros lloran, donde el sufrimiento y la esperanza conviven por partes iguales, donde ninguno de nosotros tiene asegurado su papel dentro de ese brutal pasatiempos pues sólo basta que ese gran mocoso consentido se aburra para que de un manotazo cambie las tornas de nuestra existencia, abocándonos hacia otro camino aun sin quererlo ni preverlo.”

Estas palabras no son mías. Sería capaz de dar justo pago al diablo para que lo fueran, pero no soy poseedor de tal fortuna. Muchos como yo, que hemos soñado siempre con ser capaces de saber escribir, lo haríamos… aunque quizá el término exacto no sea saber escribir, eso podemos hacerlo muchos. El asunto crucial está en saber transmitir con lo escrito. Ahí sólo llegan unos pocos elegidos, y esta espectacular, impresionante y viva descripción del destino es obra de uno de ellos, un gran escritor al que he tenido la casual fortuna de conocer mínimamente en cierta red social.

Óscar R. Arteaga es un joven gaditano, nacido en 1974 en la Línea de la Concepción. Y es el autor de la obra Nivaria, su primera novela. Si he de seros sinceros, la he leído dos veces. Bueno, leerla en conciencia, una sola, pues la primera fue esa lectura espaciada y en ratos libres, con pausas demasiado largas entre ellas. Pero el desasosiego que me dejaba era molesto, una evidente incomodidad conmigo mismo, consciente de que la falta de tiempo, el constante trabajo, las obligaciones inexcusables, el estudio… no me dejaba entregarme a la atención que me requerían las sensaciones que esos ratos sueltos de lectura me estaban provocando. Ese es el tipo de estado que incontestablemente te lleva a coger un día un libro, con un margen de tiempo prudente para el ocio, y pensar para ti mismo… voy a leerte como intuyo que mereces.

Nivaria nos conduce por la trayectoria hacia la madurez personal y emocional de Mara, su protagonista, evocando capítulo tras capítulo situaciones y etapas que cualquiera de nosotros ha vivido a lo largo de su corta o larga vida. Tanto sus situaciones como las de cualquiera de los personajes que la rodean pueden atrapar al lector y trasladarle a sentir lo que Oscar está describiendo en cada una de sus páginas. Acompañamos a todos ellos por distintas partes del mundo, viviendo la carrera profesional de Mara, su vida social y emotiva, y descubriendo con ella ese siempre presente, en todo ser humano, nacimiento del amor y el desamor.  

Oscar nos ofrece en Nivaria una auténtica visualización de cada uno de los paisajes donde nos ambienta. Más que escribir sobre el paisaje, Óscar lo fotografía, transmitiendo con una claridad impagable su descripción de cada detalle, de cada situación, haciendo posible que vivamos la escena con una claridad digna de las mejores plumas de renombre. La estructura de Nivaria, en constante flashback, convierte esta novela en una lectura amena, viva, intrigante de principio a fin, dejando al lector constantemente con el anhelo de continuar, al final de cada capítulo, con la anterior situación vivida.

La empatía que Oscar transmite en cada una de sus líneas es digna de mención, sintiendo en sus palabras todas las emociones que fluyen de lo más profundo de quien disfruta escribiendo, además de hacer aflorar, en toda su desnudez, las profundas convicciones que él mismo tiene hacia los sentimientos puros, muy por encima de la razón. 
No puede ser menos en alguien que escribe las palabras Amor y Amistad iniciándolas siempre con mayúsculas… hermosa alma la suya, en el actual mundo vertiginoso que constantemente enmascara tales virtudes.

Sinceramente, y de todo corazón, al margen de la amistad que siento por Oscar a pesar del poco pero intenso trato (que espero crezca con el paso del tiempo), e intentando ser lo más objetivo posible acerca de esta novela: Si queréis disfrutar con una lectura fluida y fresca, si queréis hacer ese regalo con el que quedar bien sin la más mínima duda, si queréis levantar en algún momento, como yo he hecho, la mirada de unas líneas para sonreír mirando al vacio y evocando esos íntimos recuerdos, o para dejar fluir libremente esas sanas lágrimas que sólo estos pocos elegidos son capaces de arrancarnos… no lo dudéis. Nivaria es la respuesta.

Gracias Oscar, por este regalo en forma de letras.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Acabando 2011 en Baqueira.


 Hoy me encuentro en Vielha, un precioso pueblo del Valle de Arán, a muy pocos kilómetros de Baqueira. Visita obligada de cada fin de año, previa a pasar el mismo en Barcelona con la segunda familia más sagrada para mí de la ciudad condal. Entre llegar (6 horitas en coche), comer algo ligero, descansar un rato, salir a pasear por el pueblo, etc….se me ha pasado la hora para ir a correr un poco, ha caído el frio, y, sinceramente, después del día de viaje no me apetece hacer esos kilómetros de aire helado ahora. Así que hoy hago pellas, mañana habrá ración un poco más dura.
La verdad es que la zona, las estampas, y el ambiente, es de cuento. El pueblo es pequeñito, espectacular, con sus tejados de pizarra negra, una carretera principal única que lo cruza en aproximadamente 3 kilómetros, ya os digo que es un pueblo muy pequeño. Pero con mucho nivel adquisitivo, eso está claro. Os dejo como prueba de este nivel una foto de esta mochila que he visto en un escaparate (ver precio)….no se lo que llevará dentro, la verdad…pero como no lleve nada...


Mañana subiré a Baqueira, a hacer visitas a los hoteles de las zonas más próximas a las pistas. Y por supuesto habrá algún momento para aprovechar, eso está claro, ya os contaré como veo el patio los últimos días del año por aquí arriba, raro será que no me encuentre con alguna “celebridad”.
Disfrutad de la recta final de 2011!!!



Y Remedios ganó el Cervantes.


 Según se ha hecho público en la página de cierta red social del programa "Atrapa un millón", el concursante Mario, estudiante de ingeniería de 21 años, volverá a concursar en el programa, como compensación al perjuicio que sufrió en la ya célebre actuación de la ex-miss Remedios Cervantes, que le hizo perder 5000 euros de un plumazo en un arrebato irrefrenable.
Con este gesto casi se descarta la posibilidad de que el asunto hubiese sido simplemente una inocentada, y es que como se puede ver en el vídeo, la duda de que lo sea queda en el aire, porque.....no se puede ser tan.....en fin. 
En mi modesta opinión, lo que es sospechoso es lo siguiente: Estos programas se graban un día, y se emiten al tiempo. Si la cadena habló con el concursante, y decidieron darle otra nueva oportunidad... ¿Porqué ofrecer este programa y no, simplemente, omitirlo? ¿Porqué poner en evidencia a la ex-modelo? Dudas que ahí quedarán, supongo.
Flaco favor ha hecho la ex miss a sus compañeras de sector, si ya tienen mala fama como muchachas con poco nivel cultural (cosa que el que suscribe no piensa que tenga que ser per se), ahora después del programa esta fama se ve acrecentada sobremanera. Veremos en que acaba todo, pero de momento ya ha sido el TT del día en Twitter, el acontecimiento más comentado de la jornada, y seguro, tiempo al tiempo, uno de los vídeos mas repetidos de los próximos meses en la tele de los domingos por la mañana. Para liarla más, con perdón, pero sólo le habría faltado ser rubia.

martes, 27 de diciembre de 2011

Camisetas Verdes

  Hace relativamente poco tiempo, con el inicio del curso escolar, nos hemos encontrado con que varias Administraciones Autonómicas decidían la necesidad de recortar gastos. Y uno de los rectores establecidos recaía sobre una parte del profesorado interino, exigiendo por otro lado el aumento de horas de trabajo para los profesores con plazas fijas.
Esta medida, como ya sabemos, fue cogida con muchísimo desagrado por parte de los docentes, además de ser mal explicada por los responsables de tomarla. Y la cosa, tal como se veía venir, acabó con un montón de “camisetas verdes” en la calle. Huelgas y movilizaciones para defender la enseñanza pública y los puestos de trabajo de esos interinos. La Administración, según argumentó, no entendía esas movilizaciones, ya que “sólo se pide un esfuerzo a los fijos de dos horas más a la semana”.
De cara a la galería, parecía que el profesorado únicamente dedicaba la jornada laboral a las horas lectivas, sin tener en cuenta las de tutorías, atención a padres, biblioteca, atención especial extraescolar, etc.
Al final, con trabajo, se ha conseguido explicar que lo que está jugándose, lo que está en el aire, son los puestos de trabajo de algo más de 3000 interinos, y con ello, las huelgas y movilizaciones parecen estar justificadas.
Eso sí, lo que no se ha contado mucho, es que a muchos interinos les interesa el tipo de trabajo que ocupan actualmente porque si entran en un concurso para hacerse con una plaza fija quizá acaben (lo más seguro) en un colegio o en un instituto de una zona que no les interesa. Y eso deja claro que el puesto de trabajo que ahora ocupan, aunque sea precario, es el precio que pagan por no tener que mover su lugar de residencia.
Y esto último, aunque lógico, deja como mínimo en “menos justa” su movilización o protesta.

lunes, 26 de diciembre de 2011

El maestro cojo

Un directivo del Real Madrid, exjugador internacional, se cruzó hace un par de semanas en la puerta de un restaurante con un hombre con muletas. Hizo el ademán de entrar primero pero se lo pensó dos veces: “Pasa tú antes que estás lisiado”. En efecto, el directivo estaba en la obligación de cederle el paso pero no por estar ante un “lisiado”, sino por tener enfrente a un gran tipo que podría darle clases magistrales de fútbol.
 A Eduardo Valcárcel (San Sebastián, 1974) le falta una pierna pero le sobra carácter y cabeza. Es el director de la escuela de fútbol base de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). A su cargo tiene 800 niños y en los dos últimos años ha viajado por el mundo para explicar los secretos del balompié español. Entrenadores de todas partes pasan semanas a su lado para copiar sus métodos de trabajo. Cada tres semanas instruye a los comerciales de una empresa de telefonía móvil en el arte de no aceptar una negativa. “En la vida te van a decir muchas veces que no. ¿Dónde vas sin pierna, como vas a ser entrenador? Ante eso no me he quedado sentado. He intentado lograr un sí o como poco un puede…”, reflexiona Valcárcel, recién llegado de Camerún.
Desde la ventana del cursillo veía un campo de fútbol. Era el del Rayo Majadahonda. Un buen día se presentó allí y lo contrataron para entrenar a chavales. En un par de años estaba al frente del primer equipo, en Tercera División. A la vez organizó una liga de fútbol 7 que a día de hoy es la más popular de toda la región. En ella juegan un puñado de exfutbolistas. El campeonato empezó con siete equipos y ahora tiene 104, con más de 1.400 jugadores.Valcárcel perdió la pierna al año y medio de nacer, cuando la rueda de un camión le pasó por encima. Fue sometido a 20 operaciones para que no perdiese las dos. En el colegio marianista donde estudió no podía jugar en el patio como los otros niños. El cura Ignacio Pujana le hizo a los 12 años una predicción que hubo de marcarle la existencia: “Tú vas a ser entrenador”. Los siguientes siete se hizo cargo del equipo del centro y a los 19 vino a Madrid para hacer un curso de electrónica. Tenía el apoyo de su familia: “Nunca me pusieron barreras. Me dijeron que si mi apuesta era ser entrenador, pues adelante. Esa actitud me ha ayudado a superarme”.
La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) lo contrató hace cuatro años. En concreto lo hizo Jorge Pérez, la mano derecha del presidente José María Villar. Su objetivo primordial es enseñar a los niños respeto, compañerismo y disciplina. A más de un padre incontrolado le ha invitado a irse de los partidos por estar gritando en la grada. Lo importante es la educación. “La intención de la Federación no es solo ser los mejores en el campo, sino también fuera de él. Los valores son muy importantes y ahí tenemos el ejemplo de los chicos de la selección absoluta”, explica.El título de entrenador de élite se lo sacó en 2004, a la vez que exjugadores como el portero Agustín o el extremo Quique Estebaranz. Se dice a menudo que Valcárcel es el único entrenador del mundo con una sola pierna. “Al fútbol se juega con el cerebro, no solo con dos piernas. El jugador lo que quiere es que le expliques el por qué de las cosas. Esa es tu misión y eso no es nada fácil. Hay muchos futbolistas que recién retirados los ponen en Primera a entrenar y te das cuenta de que no conocen ese secreto”, señala.
Ya tiene un hijo y en junio espera el segundo. Tuvo que aprender a llevar a la niña con una sola mano. La otra la usa para apoyarse en la muleta. Esto quiere decir que no hace falta que nadie le abra la puerta. Él solito la derriba.

Y la tiró por el balcón...

Arroja a su amante por la ventana para que no les pille su esposa


La víspera de nochebuena una mujer resultó herida tras ser arrojada a medio vestir y sin calzado por la ventana de un primer piso. Parece ser que los hechos ocurrieron cuando los jóvenes estaban compartiendo un momento de intimidad y llegó inesperadamente la esposa del joven, que regresaba de un viaje.
Ante la desesperación de verse pillado con las manos (o con lo que fuera) en la masa (o donde fuera) con otra chica no se le ocurrió otra cosa que lanzarla por la ventana. Qué mejor forma sino de hacer desaparecer objetos sospechosos, pensaría.
Fue la propia víctima la que llamó a los servicios de emergencia, los que la recogieron con una fractura en la clavícula, otra en la tibia y diversos politraumatismos.
El joven, de 27 años, fue identificado y detenido por la policía, ante la cual sólo argumentó a la desesperación del momento como motivo de sus actos.

Oídos privilegiados

Nos situamos hace casi un año, un 12 de enero de 2011 en una fría mañana de Washington. Nos metemos en el metro, son las 7:51 de la mañana, todo de lo más habitual. Gente y más gente dirigiéndose al trabajo, los niños a las escuelas… al llegar al andén tampoco hay nada especial que llame la atención.
La marabunta de gente con prisas de un lado a otro, los policías haciendo su ronda, algún empleado de la limpieza terminando su trabajo, y un violinista ofreciendo unas piezas musicales a cambio de unas monedas.
Una cámara está grabando los movimientos de la gente en general… pero enfocada a alguien en particular. A ese violinista que, ataviado con unos vaqueros, una camiseta de manga larga y una gorra, está ofreciendo al público en general unas piezas de música clásica.
Haciendo un cálculo aproximado, en los 45 minutos que estuvo tocando pasaron por delante de él unas 1.100 personas. Aproximadamente tras un minuto de estar tocando, en su estuche cayó el primer dólar de los 32 que recaudó en su actuación en la estación de metro norteamericana. De las 1100 personas, alrededor de 50 se pararon un instante más largo de lo normal para apreciar o escuchar su música, 7 pararon completamente llegando a apoyarse en algún sitio para observarle, y 27 las que dieron alguna cantidad como propina al instrumentista. Curiosamente, fue un niño de corta edad el que más insistió en quedarse escuchando al violinista, tirando repetidamente de la mano de su madre para impedir que esta siguiera con su camino.Todo esto no llamaría la atención por ser algo de lo más común en el metro de Washington, en el de Londres, o en el de Madrid, si no fuera porque el músico que estaba tocando era  Joshua Bell, uno de los mejores violinistas del mundo, que, equipado con un Stradivarius del año 1713 (valorado en 3,5 millones de dólares), recaudó, como digo, 32 dólares y 17 céntimos en 45 minutos. Una cifra algo inferior a los 100 dólares que se habían pagado por una entrada para verle sólo dos días antes, llenando el Boston Symphony Hall. Y los de 100 dólares no eran las mejores localidades, sino de las más baratas.Todo formaba parte de un curioso experimento realizado por el periódico The Washington Post, consistente en observar la reacción de la gente al escuchar música tocada por un auténtico especialista, un absoluto virtuoso de la misma, pero fuera de su contexto habitual. ¿Somos capaces de reconocer la calidad por sí misma, o simplemente “nos las damos” de saber o conocer sobre algo por haber pagado un alto precio por  ello? Resulta cuanto menos curioso observar como mucha gente que alardearía de entendimiento musical al acudir, pagando más de 100 dólares, a uno de sus conciertos, era totalmente incapaz, no solo de reconocerle, sino de apreciar ese mismo magistral sonido en una estación de metro.
Por cierto, al día siguiente del experimento, el mismo violinista de gorra y vaqueros recibía el premio “Avery Fisher”, el más importante de la música clásica.


sábado, 24 de diciembre de 2011

Feliz Navidad.

Esta Navidad la he pasado solo en casa. Teniendo a las niñas fuera de Madrid disfrutándola, y con no muchas ganas de fiesta, he decidido, sin la más mínima pena, pasarlas solo, relajado, saliendo a hacer kilómetros de bici, leyendo, escuchando música, y pensando. Como no, la soledad invita a pensar más de lo normal. Y pensando me he encontrado en el centro del tema recurrente de cada año. La Navidad y los excesos y comodidades, en unos casos, y las carencias y la falta de recursos para disfrutar nada, en otros.
Llevamos un año a todos los niveles duro, con la crisis golpeando y el problema del desempleo atizando un día tras otro en prácticamente todas las familias. Pero han llegado las fechas del consumo masivo, de los excesos, y  la escasa austeridad de estos días no se detiene ante nada, o casi nada.
A pesar de todo esto, parece que, como siempre, las cosas malas siempre pasan ajenas a nosotros. Seguimos viviendo como si la pobreza o las necesidades fuesen cosas de los países menos estructurados, del llamado Tercer Mundo, de las poblaciones menos “civilizadas” que la nuestra. Aquí evocamos siempre mentalmente la estampita americana del pobre sentado a la mesa, invitado por la familia pudiente, pero la vemos muy lejana. ¿Acaso no hay pobres así aquí? Somos los que clamamos contra la desigualdad de oportunidades, contra la marginación, contra la distinción… eso sí, que la niña no se nos case con el gitano.
Hoy en día, por desgracia, sólo es necesario darse una vuelta por el centro de cualquier ciudad grande, Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao… y ser capaz de ver, más que de mirar. Observar a nuestro alrededor con mirada crítica y objetiva, y comprobar la miseria que nos rodea, el montón de gente que no puede mantenerse con las necesidades mínimas y básicas cubiertas, dándonos cuenta de cómo se ha resquebrajado nuestra hipotética e hipócrita “sociedad del bienestar”.
Es curioso comprobar la esterilización humana ante las carencias ajenas, más si tenemos en cuenta que estos consumistas días, rodeados de interminables regalos, comida y bebida en abundancia, alegría y derroche por todas partes, estamos celebrando la fiesta de quien nació en un pesebre rodeado de animales y paja, sin más cubierta que la manta que llevaba sobre el canasto donde estaba tumbado, y que pasó su corta vida predicando y promoviendo la caridad y la pobreza como máximos exponentes de las virtudes humanas.
No son pocas las familias con uno o dos hijos a cargo y con todos los miembros en el paro, sin ningún tipo de ayuda, que viven diariamente con lo puesto, sin posibilidad de permitirse lujos que otros consideramos bienes de primera necesidad. Sin coche, sin ordenador, sin teléfono móvil…sin Navidad.
 Esta Navidad será en la que comerán, con un poco de suerte, esa misma sopa de sobre que hacen cualquier otro día del año, o ese filete de pollo a la plancha, como tantas veces… esas familias o esas personas mayores que sobreviven (si, SOBREVIVIR) con esas míseras pensiones y que pasarán estas navidades con la misma compañía que el resto del año. La compañía de la miseria.
Más nos valdría reflexionar un poco, pensar un poco más en el camino que estamos recorriendo, en la alienación que estamos permitiendo que nos domine día tras día, en las distinciones y las clases que estamos creando con nuestros ojos cerrados, con esta “generosa” forma de vida y su vertiginosamente cambiante tecnología que nos marca un camino a seguir queramos o no, sin pararnos a pensar si está bien o mal, simplemente por su velocidad.
 Y a pensar un poco más en el que tenemos al lado, en ese que ocupa el lugar que no ocupamos nosotros simplemente por capricho del destino, en ese prójimo que no hemos visto pero que si nos fijamos, está ahí…
Es lo de siempre, lo de cada año, lo que siempre pasa al otro lado de la calle, lo sé… es más de lo mismo… Más de lo que no debería ser. Porque esto no debería ser la Navidad. La Navidad debería ser solidaria, fraternal, social…humana.
Después de todo este peñazo…..Feliz Navidad a todos.

50 Aniversario de la COE

Prometí comentaros como fue el 50 aniversario de la creación de la primera COE, celebrado en el Acuartelamiento de Rabasa, en Alicante, y ahí va. Sinceramente, fue un acto de lo más emotivo, donde se reunió lo más granado y condecorado de las Compañías de Operaciones Especiales en España desde hace 50 años.
Todos los diplomados en Operaciones estaban invitados, y muchos fueron los que acudieron, a pesar de echarse en falta a otros. El día anterior, día 13 de diciembre, en el auditorio de Alicante se celebró un concierto a cargo de la Banda Militar de Música de la Guardia Real, una de las mejores en su especialización, concierto que fue auténticamente espectacular para todos los presentes. El día 14, después del concierto, se celebraron los actos en si, con la presencia de S.M. la Reina Sofía. La reina es la madrina de la bandera de combate del MOE, de ahi su presencia en el Acuartelamiento en el día del 50 aniversario.
Fue todo un orgullo para los veteranos que allí estuvimos, entre los que me incluyo, ser partícipes de este evento, poder formar en el patio del Acuartelamiento junto a las unidades profesionales del MOE en activo, tener el honor de que S.M. pasase revista a la formación, como una más de tantas, y participar en el desfile final, como podéis ver en el vídeo final que os incluyo después de un par de fotos.
Todo un orgullo para los que desde hace tantos años pertenecemos a ese grupo de gente tan peculiar como sólo podemos ser los que hemos sufrido en nuestras carnes la impronta de una COE.





Amor Temporero

Me gusta MAREA. Me gusta como suenan, me gusta el rock que hace, pero sobre todo, me gustan, y mucho, las letras de Kutxi Romero, con esas inteligentes metáforas a las que ya nos tiene acostumbrados, pero que no dejan de sorprenderme. Un cerebro privilegiado, sin duda.
Aquí os dejo uno de los temas que más me gustan de ellos, "amor temporero".

martes, 13 de diciembre de 2011

Encuentro en Rabasa, Alicante.

Hoy nos vamos a Alicante, al acuartelamiento de Rabasa. Mañana día 14 se celebra el 50 aniversario de la creación de la primera compañía de Operaciones Especiales del Ejército Español. Yo tuve el inmenso honor de pertenecer a una de ellas.
Se crearon las COE (Compañías de Operaciones Especiales), luego al cabo de un tiempo se agruparon en GOE (Grupo de Operaciones Especiales), y actualmente se encuadran en Rabasa, en el MOE (Mando de Operaciones Especiales). 50 años que han dado un número enorme de soldados que hemos pasado por esas filas, los guerrilleros del Ejército Español. Los “Boinas Verdes”. Hay un dicho entre nosotros que dice: “cuando un guerrillero se licencia abandona la COE, pero la COE jamás le abandonará a él.
Así que esta tarde llegaremos al acuartelamiento, donde nos reencontraremos con muchos otros compañeros que no se perderán el acto. A algunos de ellos quizá los veamos de nuevo desde hace muchos años, serán bonitos reencuentros. Disfrutaremos del día, asistiremos al desfile y los diversos actos que presidirá S.M. la Reina, nos abrazaremos y charlaremos con muchos compañeros y volveremos, por unas horas, a sentir esas sensaciones guerrilleras que a pesar del tiempo pasado desde que estuvimos en filas siempre nos acompañan.
Os contaré como ha ido y os pondré algunas fotos, pero tendréis que darme un día al menos para recuperarme….
Saludos!!

lunes, 12 de diciembre de 2011

Los 12.000

12.000 personas abultan. Si cogemos muchos campos de fútbol de categorías inferiores, podríamos llenarlos.
Pensemos en una familia media, de 4 individuos. Debemos hacernos a la idea de contemplar a la vez a 3000 familias.
Unas pocas eh?
750 padres.  750 madres.  1500 niños y niñas.  Eso abulta.
Unas 30 salas de cine de muchos pueblos llenas. Unos 30 bares a rebosar de gente.
Muchas manifestaciones no reúnen a 12000 personas. Otras sí.
Sea como sea, 12000 personas abultan. Son muchas, hacen ruido, se notan, se advierten.
Pues 12000 son las personas, de media, desaparecidas actualmente en nuestro país. Muchas de forma voluntaria, supongo. Porque si no, no se entiende. Hoy en día, con internet, móviles, cabinas de teléfono, comisarias…si alguien está perdido y quiere que le encuentren, se me antoja muy difícil pensar que no lo consiga. No les encontraran por propio deseo. Supongo, repito.
Pero en definitiva, a lo que iba. 12000 personas desaparecidas son un montón de gente impresionante. Y parece que no nos preocupe. Nos alarmamos puntualmente cuando salta la noticia, más aun si son niños los protagonistas. Pasamos unos días angustiados con la perspectiva de intentar imaginar en nuestra piel el asunto. Cosa que nos horroriza, por supuesto. Seguimos con atención el desarrollo de los acontecimientos durante unos días. Los que los medios de comunicación nos los ofrezcan. En cuanto estos callen, nuestro interés por el asunto se apagará al mismo ritmo que el eco de la información al respecto. Vivimos al día, al instante, y al ritmo que nos marque la tele o radio de turno. Después, como siempre, las cosas les pasan a los demás, nunca a nosotros. 12000 personas en la calle hacen mucho ruido. 12000 personas pidiendo algo suelen ser, como mínimo, escuchadas. 12000 personas reivindicando que se busque con más empeño a la gente desaparecida tienen fuerza suficiente para que se las tenga en cuenta. No son cuatro gatos. Pero claro, ninguno de esos 12000 es de nuestra sangre. Y estamos demasiado ocupados con nuestra vida sin dramas de tal calibre. Por eso para la mayoría de nosotros pensar en 12000 personas desaparecidas, así, en modo “general” se nos hace tan ajeno. Quizá algún día, si desaparecemos alguno de nosotros, quisiéramos pensar que otras 12000 personas, como mínimo, gritan para que se nos busque.
Porque son muchas personas, abultan.