jueves, 29 de diciembre de 2011

Nivaria, el descubrimiento.


“Mara, el destino tiene muchos nombres pero al final es lo que marca nuestras vidas guiándonos de modo sobrenatural, ineludible e inevitable por ella. Es un niño grande empecinado en no crecer o madurar que juega con nosotros como pequeñas figurillas de un gran desplegable en el que mientras unos ríen otros lloran, donde el sufrimiento y la esperanza conviven por partes iguales, donde ninguno de nosotros tiene asegurado su papel dentro de ese brutal pasatiempos pues sólo basta que ese gran mocoso consentido se aburra para que de un manotazo cambie las tornas de nuestra existencia, abocándonos hacia otro camino aun sin quererlo ni preverlo.”

Estas palabras no son mías. Sería capaz de dar justo pago al diablo para que lo fueran, pero no soy poseedor de tal fortuna. Muchos como yo, que hemos soñado siempre con ser capaces de saber escribir, lo haríamos… aunque quizá el término exacto no sea saber escribir, eso podemos hacerlo muchos. El asunto crucial está en saber transmitir con lo escrito. Ahí sólo llegan unos pocos elegidos, y esta espectacular, impresionante y viva descripción del destino es obra de uno de ellos, un gran escritor al que he tenido la casual fortuna de conocer mínimamente en cierta red social.

Óscar R. Arteaga es un joven gaditano, nacido en 1974 en la Línea de la Concepción. Y es el autor de la obra Nivaria, su primera novela. Si he de seros sinceros, la he leído dos veces. Bueno, leerla en conciencia, una sola, pues la primera fue esa lectura espaciada y en ratos libres, con pausas demasiado largas entre ellas. Pero el desasosiego que me dejaba era molesto, una evidente incomodidad conmigo mismo, consciente de que la falta de tiempo, el constante trabajo, las obligaciones inexcusables, el estudio… no me dejaba entregarme a la atención que me requerían las sensaciones que esos ratos sueltos de lectura me estaban provocando. Ese es el tipo de estado que incontestablemente te lleva a coger un día un libro, con un margen de tiempo prudente para el ocio, y pensar para ti mismo… voy a leerte como intuyo que mereces.

Nivaria nos conduce por la trayectoria hacia la madurez personal y emocional de Mara, su protagonista, evocando capítulo tras capítulo situaciones y etapas que cualquiera de nosotros ha vivido a lo largo de su corta o larga vida. Tanto sus situaciones como las de cualquiera de los personajes que la rodean pueden atrapar al lector y trasladarle a sentir lo que Oscar está describiendo en cada una de sus páginas. Acompañamos a todos ellos por distintas partes del mundo, viviendo la carrera profesional de Mara, su vida social y emotiva, y descubriendo con ella ese siempre presente, en todo ser humano, nacimiento del amor y el desamor.  

Oscar nos ofrece en Nivaria una auténtica visualización de cada uno de los paisajes donde nos ambienta. Más que escribir sobre el paisaje, Óscar lo fotografía, transmitiendo con una claridad impagable su descripción de cada detalle, de cada situación, haciendo posible que vivamos la escena con una claridad digna de las mejores plumas de renombre. La estructura de Nivaria, en constante flashback, convierte esta novela en una lectura amena, viva, intrigante de principio a fin, dejando al lector constantemente con el anhelo de continuar, al final de cada capítulo, con la anterior situación vivida.

La empatía que Oscar transmite en cada una de sus líneas es digna de mención, sintiendo en sus palabras todas las emociones que fluyen de lo más profundo de quien disfruta escribiendo, además de hacer aflorar, en toda su desnudez, las profundas convicciones que él mismo tiene hacia los sentimientos puros, muy por encima de la razón. 
No puede ser menos en alguien que escribe las palabras Amor y Amistad iniciándolas siempre con mayúsculas… hermosa alma la suya, en el actual mundo vertiginoso que constantemente enmascara tales virtudes.

Sinceramente, y de todo corazón, al margen de la amistad que siento por Oscar a pesar del poco pero intenso trato (que espero crezca con el paso del tiempo), e intentando ser lo más objetivo posible acerca de esta novela: Si queréis disfrutar con una lectura fluida y fresca, si queréis hacer ese regalo con el que quedar bien sin la más mínima duda, si queréis levantar en algún momento, como yo he hecho, la mirada de unas líneas para sonreír mirando al vacio y evocando esos íntimos recuerdos, o para dejar fluir libremente esas sanas lágrimas que sólo estos pocos elegidos son capaces de arrancarnos… no lo dudéis. Nivaria es la respuesta.

Gracias Oscar, por este regalo en forma de letras.

3 comentarios:

  1. Aunque siempre agradezco las reseñas y menciones que se escriben sobre la novela y por extensión de mí,sería absurdo negar que en esta ocasión no sólo me ha encantado sino que me he emocionado tanto que tampoco he podido evitar que asomasen unas lágrimas porque me ha parecido bello,conmovedor y emocionante. Gracias con todo mi alma pues es el mejor regalo que me han podido hacer para terminar el año. Óscar R. Arteaga.

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  2. Gracias a tí, Oscar, por tantos detalles.
    Un fuerte abrazo, amigo.
    Alberto.

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  3. Coincido contigo que Óscar más que describir los distintos lugares en su novela, los fotografía. Has conseguido elegir las palabras perfectas para describirlo. ¡Enhorabuena a los dos por la emotiva reseña!

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