lunes, 30 de enero de 2012

Iolanta

En la ópera de Chaikovsk del mismo nombre, Iolanta es la hija del rey de Provenza. Es ciega de nacimiento, pequeño detalle que el propio rey se ha encargado de ocultarle desde que vino al mundo. Para ello Iolanta está confinada en un palacio decorado con todo tipo de detalle, para así hacerla sentir cómoda en el entorno, con amenaza de ajusticiamiento a todo aquel que ose adentrarse en el mismo. Al mismo tiempo, el rey tiene prohibido hablar de belleza, verdad o luz, para no desenmascarar su escenografía.

Así consigue el rey que su hija viva felizmente apartada de la realidad, con el convencimiento de que todo lo que ella vive es un proceso común, natural y generalizado en el resto de la especie humana.
El rey, junto con el resto de sus súbditos, viven con esa vergüenza interiorizaday bien asumida, haciéndola suya y sin permitir que nadie más sea participe de ella. Al mismo tiempo, Iolanta es ingenuamente feliz con el conocimiento de la realidad que se le ha permitido tener, actuando en el escenario que para ella se ha preparado tan a conciencia. Hasta que en cierto momento de la ópera Iolanta recupera la vista, abre los ojos a la luz (la verdad) y se rebela contra el poder establecido para empezar, ahora sí, a vivir de verdad.

Analizando fríamente el entorno de hoy en día, podríamos decir que todos somos unas Iolantas en potencia. Puede provocar incluso un cierto desazón pensarlo, pero el símil está ahí mismo, a pie de calle.
Tenemos un sistema gobernante financiero y político que no es más que una gran mentira, y nosotros somos los ciegos que desconocemos serlo.

Mientras los comunes de los mortales actuábamos ingenuamente en el escenario en que nos habían preparado, las grandes empresas financieras hicieron saltar la banca con sus excesos. Nuestro gobierno acudió a su rescate, como no, inyectando dinero de nuestros impuestos y endeudándose con préstamos de otros bancos (franceses y alemanes principalmente), por unas cantidades que no teníamos en las arcas. Poco después, al no poder pagar por falta de liquidez, muchas de esas empresas financieras simplemente “quebraron”, se fueron de rositas y sus dirigentes salieron con indemnizaciones millonarias.

A nuestro alrededor no paramos de ver magnates y mangantes que se embolsan indemnizaciones de cinco o seis ceros (y en euros), políticos corruptos que quedan absueltos de sus tropelías, ladrones de guante marrón mierda que roban el dinero que es de todos y que salen impunes, yernísimos de toda una familia real supuestamente ejemplar que no dudan en subastar a conciencia su alma por un suculento puñado de billetes, mientras hay gente que malvive con 4 hijos y 800 euros al mes, ésto último con un poco de suerte.

El sistema no funciona. Es un fracaso. Y como hizo el rey con Iolanta, están todos empeñados en convencernos de que el fracaso somos nosotros. 
Los gobiernos tienen como práctica generalizada la ocultación de la verdad, ya que al parecer nos consideran ignorantes e irresponsables, por algo les necesitamos a ellos. Ellos deciden lo que debemos o no saber.

Y en base a esto, ¿cómo se soluciona y se repara el mal provocado por los visionarios financieros? ¿Cómo se reponen los excesos cometidos por dirigentes políticos y sus pésimas negociaciones? Hablando más llanamente, ¿cómo se recupera el dinero que teníamos después de haber pagado un poco cada uno, y que esos linces del monopoly  han malgastado y robado?

Fácil. Se recorta en hospitales, consultas médicas y atenciones básicas. Se recorta en educación. Se recorta en ayudas sociales. Se cierran proyectos, se despide a profesionales y se incrementan tarifas eléctricas, de recursos e impuestos municipales. Alguien tendrá que volver a pagar, eso está claro. Y habrá que proporcionarle menos beneficios para recortar el gasto, por otra parte.

Pues no señores, ya no cuela.  Iolanta sólo tendría curación cuando fuera consciente de su ceguera, rezaba el aria. Ojalá fuéramos algún día de verdad Iolantas, y abriéramos los ojos para que llegase a tiempo la cura.

Apéense de sus limusinas. Fondeen sus yates hasta que vengan mejores vientos a empujarlos. Echen la lona sobre sus lujosos automóviles, y súbanse las mangas de la camisa. Toca pringarse. Toca agarrar el del esportón lleno de yeso o cemento, o lo que toque, porque ustedes nos vendieron la moto de que debíamos elegirles por el bien de nuestro país, y ahora la moto no nos funciona. Y esta era, es y será siempre, junto a la parte que nos toque a nosotros, su misión. Así que mójense, mánchense, aplíquense, porque los ignorantes tontos de a pie empiezan a estar hambrientos, y la falta de pan fue siempre la madre de todas las revoluciones.

Sé que no me harán ni puto caso, que es un grito inútil … por eso son ustedes políticos.




3 comentarios:

  1. Ese es el problema querido amigo. Creemos que nuestro grito es inútil, que lo es, pero porque lo hacemos a nivel individual o en pequeños corrillos con los compañeros de trabajo o en el bar con los amigos. Cultura de país quizá? La verdad es que solo sabemos tirarnos a la calle en masa para celebrar títulos de nuestros equipos de fútbol. Estamos perdiendo con una pasividad pasmosa lo que tanto les costo conseguir a nuestros padres y abuelos. Pero claro ellos venían de una dictadura y daban el valor que nosotros no sabemos dar a lo que consiguieron porque nos lo hemos encontrado hecho. Esa es mi humilde opinión amigo.

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    1. Estoy totalmente de acuerdo contigo en ese aspecto, hemos nacido con ciertas comodidades que han permitido que no seamos conscientes del sacrificio y el esfuerzo que ha costado conseguir muchas de esas mismas comodidades, y las asumimos como algo natural. No digamos ya los que vienen detrás nuestro. Los que nos precedieron tuvieron perfecto conocimiento de ello por habérselo tenido que ganar a pie de calle. Como no aprendamos de su historia y salgamos de una vez a reivindicar levantándonos del sofá o alejándonos de la barra del bar, poco cambio se vislumbra.

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  2. Muy buena entrada si señor!!! Leyendote me ha venido a la cabeza varias canciones de Celtas Cortos, como por ejemplo la de "Skaparate Nacional". España es así.

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